Evidentemente, Sebastian Donovan era un fraude, pero Mary Ellen Sutherland estaba desesperada por encontrar a un bebé secuestrado y se tuvo que resignar a solicitar la dudosa ayuda de aquel hombre tan exasperante. No tardaría en admitir que realmente poseía ciertas habilidades muy inquietantes y en descubrir sus poderes adivinatorios pero lo que más la cautivó fue su increíble talento para la seducción.