Estudio en escarlata es el nacimiento del prototipo de detective y del modelo del razonamiento deductivo: Sherlock Holmes. Pocos han sido los personajes en la historia de la literatura que han afianzado tanto en el imaginario colectivo generando lazos afectivos con sus lectores como lo ha hecho el gran detective privado Sherlock Holmes, creado por el famoso escritor Arthur Conan Doyle. La estructura de la novela policiaca que siguió Doyle se resume así: se expone un hecho delictivo (de preferencia un asesinato) que en un principio parecerá indescifrable y complejo; después el detective, mediante la observación y la deducción, logra desen trañar el misterio hacia el final del relato develando la identidad del criminal. Por ello en una novela como Estudio en escarlata es crucial la atención a los detalles, así como la descripción precisa de los objetos y personajes que forman parte de la historia.