La estimulación comienza incluso en el seno materno. Durante la gestación, los padres que ofrecen diversos estímulos a los niños consiguen que sean más receptivos al aprendizaje y los preparan para continuar el proceso, una vez que nacen. Se debe precisar que, durante los primeros cinco años de edad, los niños van adquiriendo funciones básicas para su desarrollo como lenguaje, la memoria o la caminata. Cada vez que consiguen un objetivo de desarrollo están en capacidad de ir en búsqueda de nuevos hitos, evolución que se facilita con las acciones de estimulación.