La filosofía como área curricular que ha de ser enseñada, inserta dentro de la propia didáctica de la filosofía, pues esta disciplina no puede entenderse sin su capacidad de ser enseñada, ni se entiende la reflexión sobre la enseñanza de la filosofía si se aleja de planteamientos estrictamente filosóficos. Como podrá comprobar el lector a largo de los tres volúmenes que comprenden esta obra, la reflexión sobre la enseñanza de la filosofía encuentra su verdadero sentido sólo si se trata de una actividad filosófica.