Muchas historias de amor y una traición conforman este libro de relatos «encadenados» que quizá pudieran constituirse en novela: unos cuantos monólogos incesantes, desligados e impúdicos que distintos personajes mantienen con su propia conciencia, y tras los cuales descubre el lector un mundo cotidiano que oscila entre la tragedia y la comedia. Con esta arquitectura de mosaico o de torre de Babel, El ruido de las miradas nos enfrenta a unos personajes que se creen autónomos pero que están irremediablemente enlazados por el entorno, por la curiosidad recíproca y por las inclinaciones que comparten; pero sobre todo por esa imperiosa necesidad contemporánea de contemplar y ser carne de contemplación, que nos convierte en una intensa mezcla de voyeurs y exhibicionistas, pues a fin de cuentas «el infierno son los otros», como dijo Sartre. Con una hábil combinación de humor e inteligencia que satisfará a los más exigentes lectores, Ana Criado construye con sus relatos uno de esos insólitos rompecabezas en los que la pieza final disipa nieblas y redibuja lo leído, convirtiendo a su autora en una de las más firmes promesas de nuestra nueva narrativa.