Tras haber rodado por un precipicio con el profesor Moriarty, su letal enemigo, en las cataratas de Reichenbach, Suiza, afrontando su último caso, se suponía que el legendario detective Sherlock Holmes había perdido la vida en ese episodio, acto que fue realmente planeado por Arthur Conan Doyle para cerrar finalmente y para siempre la saga de historias del mítico investigador privado.
"Buenos días, el libro me pareció muy bueno e interesante y cumplió con mis expectativas."