A través de las páginas anteriores he hecho notar que en el universo del fútbol se encuentran dos mundos: uno grande, gigantesco y uno pequeño, todopoderoso. En realidad el pequeño emergió del gigante en un pasado cercano. Sin embargo, atraído por sus luces y fuegos dorados, es el grande quien gira alrededor del pequeño. Di versos reducidos satélites lo acompañan en sus órbitas. El mundo fabuloso, poblado de