Lukács agrupa estos elementos-sindicalismo soreliano, inicial hegelianismo, antiinstitucionalismo kierkegaardiano, revolucionarismo interior dostoievskiano, cierto luxembuguismo, fenomenologismo diltheyano y esteticismo mesiánico- en una concepción del mundo fundamentada en la vivenciación de lo utópico como camino hasta la realización de la "posibilidad" humana. El refugio en la utopía era tal vez la única posibilidad de salida para quienes en Hungría comulgaban con la concepción oficial de la cultura y se sentían "huésped tolerado" en los circulos de radicalismo burgués, pero no habían entendido aún la capacidad revolutiva de un proletariado que no se resignaba ya a ser objeto pasivo del acontecer histórico. La utopía veía a ser la llegada al limite de las posibilidades de la ideología burguesa o, usando la terminología posterior del mismo Lukács, el limite de la conciencia posible de las capas medias, dada la posibilidad objetiva del momento histórico. Con traducciones inéditas directas del húngaro este libro es un nuevo acercamiento al genial pensador.