Rodeada de estrellas, una nave de fuselaje membranoso cruza el espacio envuelta en un absoluto silencio. A bordo yace el repositorio de todo el conocimiento y la cultura humana. Su capitán, un insectoide tecnorgánico, despierta una vez más después de un sueño de cien años para velar por el bien del navío durante 30 días. Pero en esta ocasión algo es diferente, hay algo fuera de lugar, no en la embarcación, en él; comienza a sentir curiosidad, deseos, sensaciones e incluso sueños autoconscientes que no tuvieron cabida en su programación inicial. Después de ciclos de reposo y actividad, prolongados por varios miles de años, el capitán se enfrenta a su verdadero despertar.