Nuestra posición es defender la efectiva responsabilidad reparadora estatal ante los perjuicios producidos por la expedición de leyes dañosas, y por supuesto por su aplicación. Pero condenamos los afanes de enriquecimiento a costa del Estado usando la máscara de la responsabilidad extracontractual. Acomodaticios y aprovechados siempre existirán en el mundo. Deviene lógico que, como regla, la sola expedición de leyes no es capaz de generar perjuicios.