Como se¤alara Hern n Corts, hubo un tiempo en que los espa¤olesten¡an a su alcance todo lo posible. Y lo posible en el siglo XVI noten¡a nada que se le equiparase. Pocas veces hahabido una poca m s rica que el Siglo de Oro espa¤ol. El esplendorintelectual, la exuberancia vital, pol¡tica, cient¡fica y m¡sticafueron tan abundantes que tienden a caer en el olvido, m s all denombres inevitables como Cervantes y Calder¢n, Lope y G¢ngora, frayLuis de Le¢n y Teresa de Ávila, por citar a unos pocos y traicionar aunos cientos. Se dir¡a que un periodo tandeslumbrante es inabarcable. Consciente de ello, Gregorio Luri optapor abordarlo desde una perspectiva arriesgada y original: siguindole el rastro a las manifestaciones del yo, un yo genuinamente espa¤ol,que potencia la pasi¢n frente a la raz¢n, rastreando ese yo, en unpa¡s que se sue¤a eje del mundo y cuya lengua se crea y recrea conviveza. Todo con la clara intenci¢n pedag¢gica deponer a disposici¢n del lector espa¤ol un patrimonio que le pertenece, al menos mientras nuestro Siglo de Oro no se nos convierta en un pa¡s extranjero cuya lengua nos resulte incomprensible.