Un joven ve con curiosidad y admiración cómo su abuelo convierte en esculturas la chatarra y los desechos que encuentra por la calle. Cierta vez, en que le hace falta una bacía para completar la figura de don Quijote de la Mancha, establece una amistad con un chatarrero a quien le encarga la pieza faltante. Días después, el abuelo desaparece sin dejar rastro, dando inicio a una quijotesca aventura que dejará en su nieto la mejor enseñanza de los sueños y la libertad.