Eliot Rosewater vive atormentado por un extraño cargo de conciencia: ha recibido una fabulosa herencia que cree no merecer. Para aliviar la culpa, bebe mucho whisky y cerveza, lee a Kilgore Trout, colabora con los bomberos voluntarios y preside una fundación que ayuda a los ciudadanos inútiles, desamparados y feos. Tiene a la pobreza como su gran vocación, se considera a sí mismo un artista y gasta el dinero en obras filantrópicas por completo ridículas. Sus actos de caridad resultan tan descabellados que es llevado a juicio para ser declarado loco. Cuando esta punto de perder toda la fortuna, Eliot encuentra una solución genial y puede seguir adelante con su excéntrica tarea de benefactor. Dios lo bendiga, señor Rosewater es una sátira magistral sobre los placeres y catástrofes que el dinero puede causar tanto en una familia como en una nación. Con un admirable torrente de ingenio, Kurt Vonnegut extrae los brotes cómicos de lo banal, lo absurdo y hasta lo extraordinario en la novela quizá más divertida de su incomparable obra.'
"Dudé de su calidad por la poca relevancia que tiene a comparación de otras obras de Vonnegut, pero no he podido quitarme su genialidad de la cabeza. Los tramos finales son frenéticos y ternísimos. La obra se construye poco a poco y concluye de una manera sublime. Hay que ser paciente al principio, pero la recompensa vale totalmente la pena y más. "