«Pongo en guardia al lector acerca de que no se va a tratar de la historia política (con su parte guerrera fundamental) del período, y de que no va a leer nada relativo a las locuras atribuidas a personajes como Calígula o Nerón (aprovecho para recordarles que el concepto de «locura» es relativo, lo mismo que puede serlo el de «libertad», que sólo entiendo como la capacidad de moverse con soltura en la jaula que impone el marco de referencia social). El autor, voluntariamente, no va a entrar en detalles, sino sólo (que no es poco) a ofrecerles una visión panorámica que, desde el ámbito socioeconómico y del mundo de las ideas más destacadas, permita una comprensión global de un período sin duda brillante como es el que abarca los casi tres siglos que van desde la toma de Alejandría por Gayo Julio César Octaviano, luego llamado Augusto, hasta la primera persecución general contra los cristianos emprendida a mediados del siglo iii por el emperador Decio».Del prólogo escrito por Genaro Chic García