Desde niño soy un vencedor, fue engendrado y formado, así como los bebés son formados. En la oscuridad, en la soledad y en el silencio, donde tomé todo de mí para darlo a luz, y concebirlo. En esos momentos y esa etapa de mi vida, me sentía como un perrito que encontré extraviado algún día, flaco, sin ánimo de nada, temeroso e inquieto, sin saber que me depararía el destino. Así que en vez de cortarme las venas y tomar el camino "fácil" y decir no puedo más, me levanté, me inspiré y plasmé con mi puño y letra, motivación y esperanza ante la desesperanza y al final de escribirlo ya no me sentí más como un perrito temeroso y sin dueño...me levanté como un león, fuerte, vigoroso y decidí rugir como tal, a una escala global.