La democracia española ha pasado de ser un éxito a ser un fracaso. La transición con minúscula, como prefiere el autor está siendo reconstruida desde diversas perspectivas que, mirando hacia atrás, interpretan cómo ocurrió y lo que significó, pero corren siempre el peligro de dejarse llevar por la fragilidad de la memo ria o por la tentación de adaptarlo a lo que el presente reclama.