A los vikingos no nos da miedo el mar embravecido. Bueno, normalmente... Entre que mi padre se marea en barco y que a mi hermano nunca le dejan hacer nada, mi familia no viaja mucho. Por suerte, mi tio Erik se fue a vivir a Groenlandia. Cuando me entere de que mi prima Helda se casaba, grite de alegria. Una boda vikinga no es poca cosa, pero es que si encima le añadimos un viaje vikingo...