Marsha ha tocado fondo: el esfuerzo y dedicación que hicieron de ella una de las mejores vendedoras en su sector se han esfumado y ahora sólo siente cansancio y frustración. Harta de todo, decide refugiarse en su hobby preferido y acude al vivero a comprar unas plantas. Allí conoce a Bob, comercial retirado que posee una sabiduría especial: si un vendedor trata a su profesión como un huerto, su negocio crece y él recupera la motivación y el éxito. Pocas profesiones queman tan rápidamente como la