La lucha entre el bien y el mal, la irrenunciable libertad a la que estamos condenados, la trasgresión de las normas morales imperantes, todo ello condiciona nuestra existencia. En nosotros reside la capacidad de escoger aquello que deseemos, pero sabiendo que lo rechazado nunca perece. Crimen y castigo no solo es una novela perfecta, desde el punto de vista técnico, sino que ha servido para definir lo que debe ser una novela.