Como padres hemos pasado esas sensaciones que nos hacen sentirnos impotentes frente a las actitudes de nuestros hijos y muchas veces no sabemos como comunicarnos con ellos, estas conductas típicamente se asocian con la etapa de la adolescencia y la pubertad, como si los cambios biológicos fueran la respuesta a esos comportamientos sociales. De ahí la necesidad de acotar que la adolescencia es una etapa sociológica donde las relaciones de poder se intensifican en función de las necesidades intrínsecas de la conformación de la identidad del adolescente. De ahí, que toda relación humana es por antonomasia una relación de poder y los resquicios psicológicos que se derivan de la misma son consecuencia del rol social en los que se encuentran inmersos. La marcada tendencia ideológica de la cultura predominante ha establecido graves interpretaciones en torno a las formas en que se ha manifestado la conducta del adolescente, en ese espacio sociopolítico llamado familia, y se ha interpretado su conducta desafiante como una disfuncionalidad sociocultural e inclusive como una patología psicológica, cuando en realidad es una manifestación del ejercicio del poder. La rebeldía en el adolescente es un fenómeno social que sigue sin entenderse y no existe claridad respecto a su situación sociopolítica, el joven adolescente vive de manera intencional conforme a las expectativas de su estructura lógica de pensamiento y esta deviene de las contradicciones coexistenciales que existen de origen en la familia de la cual emerge. Es decir, muchas de las manifestaciones conductuales de los adolescentes son reflejo de las contradicciones políticas que se manifiestan en la sociedad y en la familia. La administración del poder en ese sentido ha sido mal administrada desde el seno familiar y en más de una ocasión se ha generado incertidumbre por la forma en que un adolescente se ha manifestado de manera abierta contra las formas omnipresentes que caracterizan y tipifican al poder imperante. De tal forma que un adolescente tiene resquicios psicológicos y socioemocionales basados en las contradicciones familiares y sociales. De ahí que el estudio que se pretende presentar es con la finalidad de demostrar que la administración en los recursos del ejercicio del poder y las formas en que se deben considerar pueden considerablemente transformar el pensamiento y la acción inmediata de los adolescentes en sus diferentes manifestaciones socioculturales, que muchos de estas transformaciones en el pensamiento del adolescente son realmente posibles cuando existe un proceso de conocimiento del origen de su estructura lógica de pensamiento. De ahí la importancia de analizar, a través de este ensayo, las formas en que se manifiesta estas relaciones de poder entre cada uno de los integrantes de la familia, pero especialmente en los adolescentes.