Usted es mi lector, pues usted tendrá la suficiente tranquilidad para emprender con el autor un largo camino, cuya meta él no puede ver, pero en la cual él tiene que creer honestamente, para que una generación futura, una generación quizá muy remota, pueda ver con claridad aquello que nosotros, a ciegas y solamente guiados por el instituto, meramente tentamos.