Destacado personaje en la historia de México y de España, requiere de un lugar real, no mítico, como sujeto histórico. Su faceta más conocida es la del villano de la guerra civil de 1810. Siempre fue un servidor fiel a la Corona y, como tal, actuó y estableció sus estrategias. Sin la presencia de personajes como él no se puede explicar y poner en su justa dimensión el conflicto entre las potencias europeas por la apropiación y el control del Mediterráneo; la continuación de la guerra en los territorios del norte novohispano; la crisis política de 1808; la insurgencia; el régimen gaditano; la política ejercida en la corte; la era de los pronunciamientos; la transferencia de capitales a la península -de procedencia legal o ilícita- acumulados en América e invertidos en el Reino de Valencia.