Beato de Liébana no es el monje plano que algunos historiadores nos presentan, y al que hacen pasar a la Historia como una pieza ocasional, utilizada hábilmente por Carlomagno y su Corte para sus propios fines. Este religioso lebanense ha dejado evidentes muestras de su penetrante intencionalidad política, de su clara vis ión de la oportunidad que le brindaba la controversia adopcionista y de la manera en q