Pocas cosas resultan tan improbables como guerreros chinos emergiendo en los institutos estadounidenses de estudios empresariales, en los consejos de administración de las empresas y en las películas de Hollywood, pero esto es un hecho.El resurgimiento de la nueva China, el poder del mercado global, la intensificación de la competencia y de la rivalidad internacionales, son todos ellos elementos de los asuntos contemporáneos que pueden contribuir en alguna medida al actual interés por los antiguos textos clásicos de estrategia y solución de conflictos.Sin embargo, estos textos pueden tener además otra función, quizá no tan aparente, pero no menos importante que la que surge de su utilización en los negocios, la diplomacia y la guerra. Aunque el estudio y la aplicación del pensamiento estratégico en estos ámbitos pueden ser necesarios para asegurar el apuntalamiento económico, político y territorial de la democracia, no pueden garantizar la libertad, a menos que los individuos y los pueblos tengan el derecho y la oportunidad de reconocer y comprender todas las influencias prácticas que tienen en su vida y en su mente, y no solo las que suceden o pueden aparecer de una forma más evidente en la conciencia cotidiana. Solo así es posible la verdadera libertad de elección en un sentido real y práctico.'
"Si era lo buscado y esperado ."