La obra contribuye a desentrañar los procesos de formación de la imagen y las técnicas para influir en los llamados receptores, que como bien señala Cortina, deben ser el factor determinante de toda comunicación. En un mundo donde se atribuyen tantos y tan diversos significados a la imagen, sea de políticos, partidos, productos, marcas, empresas, etnias, religiones y un sinnúmero de entidades que incluyen equipos, líderes, gremios y profesiones, así como condiciones y estilos de vida, la teoría de la imagen elaborada por Cortina y publicada en forma póstuma, es una invitación a pensar por nosotros mismos, a poner en juego nuestra capacidad de análisis y a desechar la flojera intelectual, la confusión y la charlatanería.