La Habana, años cincuenta. El español Martín Losada, ex presidiario, llega a Cuba en busca del botín que supuestamente guarda su amigo Albert Dalmau Reyes, con quien se dedicó a robar bancos para vengar a la República de la derrota militar. Así arranca Amanecer con hormigas en la boca, novela que logra forjar una derivación auténticamente hispana de una tradición de cuño norteamericano, pero ya convertida en universal. Casa género, lenguaje, escenarios y trama con un solo golpe maestro, vinculando indisolublemente cada uno de estos factores al único ambiente posible: la Cuba decadente de los últimos momentos de Batista. Novela seductora y jocosa a la vez, parodia latina y al mismo tiempo homenaje, de todo un género y de toda una tradición, Amanecer con hormigas en la boca recrea con el ritmo irresistible de un bolero hampón el progresivo clima de caos que vive la ciudad de La Habana al compás del también progresivo pero inevitable desmoronamiento del régimen de Batista. Una Cuba en manos de la mafia, repleta de casinos y juego ilegal, de chicas-del-gángster y de Chevrolet del año, de gobiernos corruptos y trapicheos de baja estofa, de estraperlo y de daiquiris en bares de hampa y humo, pero también una Cuba que muy pronto se convertirá en el país de Fidel Castro y sus guerrilleros: éste es el escenario de una novela negra con todos los imgredientes de la mejor tradición americana de los grandes, pero de carácter esencialmente latino.